Pablo dirige una severa reprimenda a la comunidad de Laodicea por su regreso a la esclavitud de la ley. Expresa su gratitud por ellos y su constante oración, pero advierte sobre las preocupantes noticias de su recaída en ciertos aspectos. Les recuerda que han sido comprados para la vida eterna en Dios y los exhorta a no dejarse seducir por discursos razonables o filosofías mundanas.
Pablo les urge a mantenerse firmes en la fe y a no retroceder hacia antiguas prácticas de la ley. Les recuerda que Cristo es la plenitud de la divinidad y que no hay necesidad de ceremonias externas. Les insta a desistir de todo lo que les llevaría de nuevo a la esclavitud, comparándolos con una meretriz que busca la satisfacción carnal en lugar de honrar el templo nuevo que Dios ha edificado en sus corazones. Advierte que, si no se arrepienten, el Señor los abandonará a su propia suerte.
Pablo reprende a la comunidad por su retroceso hacia la ley y los exhorta a regresar a Cristo.
Puntos clave:
Preguntas para reflexionar:
Pablo exhorta a la comunidad a no someterse voluntariamente al antiguo yugo de la contradicción. Les advierte contra aquellos que intentan imponerles normas religiosas y prácticas obsoletas, como la observancia de días festivos, la prohibición de ciertos alimentos, o la necesidad de realizar sacrificios ceremoniales.
Les recuerda que Cristo ha cumplido la ley y les libera de la necesidad de seguir las tradiciones antiguas. Insiste en que lo importante no es lo que se come o se deja de comer, sino la pureza del corazón y la sinceridad de la fe.
Pablo denuncia a aquellos que pretenden imponerse como autoridades religiosas, advirtiendo que en realidad están motivados por intereses egoístas y ambiciones mundanas. Les insta a permanecer fieles a la enseñanza de Cristo y a no dejarse engañar por aquellos que aparentan humildad y piedad, pero en realidad buscan su propio beneficio.
Finalmente, Pablo les urge a despojarse del hombre viejo y a revestirse del hombre nuevo en Cristo, renovando sus corazones para reconocer a Aquel que les creó a imagen suya.
Pablo insta a destruir el nuevo templo, eliminar los días festivos y destituir al falso obispo y sus seguidores. Argumenta que el templo y las ceremonias son preceptos humanos que no agradan a Dios, comparándolos con una mentira que engaña a uno mismo. Afirma que el verdadero servicio a Dios se encuentra en el amor y la compasión hacia los necesitados, no en rituales vacíos. Pablo también da instrucciones sobre las relaciones familiares, exhortando al amor y la obediencia mutua. Finalmente, envía saludos y pide que la carta sea compartida con los colosenses.
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